SOBRE COMUNICACIÓN INTERNA…
LIII | INFOXICACIÓN; UN MAL VIRICO EN LA COMUNICACIÓN INTERNA
José Manuel Hernando
Director Creativo Ejecutivo Aleggría Comunicación
Hubo un tiempo en que la comunicación interna se reducía a la revista de empresa y al tablón de anuncios. A bueno, y al discurso del presidente por navidad. Pero de eso hace ya mucho. Y de repente sale internet, y poco a poco todo cambia. Y de repronto se quita el cable y las teclas al teléfono, y todo cambia a lo bestia. Y ya no sabemos si estamos en plena borrachera tecnológica o si ya hemos pasado a la fase de resaca. Pero bueno, entre la euforia y el dolor de cabeza está la infoxicación, esa enfermedad de nuestros tiempos que ha ayudado a que todo sea información, y a que nada sea información…
En muy poco tiempo hemos pasado de no comunicar nada a comunicarlo todo. Y es que esto de comunicar crea vicio. Es tan sencillo escribir un mail y elegir a toda la organización como destinatarios que ni siquiera pensamos en si estamos haciendo lo correcto. Y no hablamos solo de mails. Pensemos en las newsletters. Las mensajerías instantáneas. Las redes internas. Las intranetas. Las apps. Las revistas internas. Los boletines. Los mensajes de voz. Hasta los postit en las pantallas. Cienes y cienes de impactos que no impactan nada…
Y nosotros que somos tan dados a poner nombres bonitos a las cosas, lo llamamos infoxicación. Sí, el término es realmente ingenioso. Tal y como argumenta su construcción léxica, la infoxicación es un estado en el que nos sumergimos al contar con demasiada información para tomar una decisión o permanecer informado sobre cualquier tema.
Este mal vírico que se ha extendido como una auténtica epidemia por la gran mayoría de grandes y pequeñas empresas tiene como principal efecto la dificultad e imposibilidad de identificar la relevancia e importancia de las comunicaciones y su consiguiente pérdida de tiempo o de eficiencia informativa.
Foto Original:
Cartel película «Tienes un E-mail»
1999
Nora Ephron
Y es que últimamente observo que esto del planificar y procedimentar parecen cosas del pasado. Porque sí, es muy tentador comunicar, lo tenemos literalmente al alcance de nuestra mano. Es tan sencillo como darle un click al ordenador, al teléfono o al tablet. Y zas, yo mi trabajo ya lo he hecho, el problema es ahora de otro. Y así pasa lo que pasa. Si todos comunicamos y comunicamos todo a todos, ni comunicamos nada, ni lo hacemos nadie a nadie.
Y entonces qué hacemos?. Pues poner orden y llamar al orden a través de un plan de comunicación interna que identifique los elementos básicos de cualquier proceso de comunicación: emisores, canales y receptores….
Por emisores entendemos las personas o áreas capacitadas para emitir comunicaciones. No hay porqué centralizar todas la información en un único departamento de comunicación, pero si abrimos la posibilidad a otras área de la compañía todas deben estar compaginadas en tiempo y formas.
Por canal entendemos lo que el mismo nombre implica, las vías a través de las que transmitimos esta información. Y aquí es donde encontramos uno de los principales problemas. En la actualidad existe una gran oferta de posibilidades con mayor o menor nivel de gratuidad, para que las personas se comuniquen sin ataduras espacio temporales: slack, hangout, tribescale, yammer, Skype… Un infinito mundo de posibilidades que a las que nos lanzamos con los brazos abiertos sin tener en cuenta que la tecnología está sujeta a modas y momentos. Una herramienta mal dimensionada, con obsolescencia programada o con un grado de complejidad superior a la capacidad de aprendizaje de sus usuarios, conduce inevitablemente al fracaso de cualquier plan de comunicación interna.
Y por receptor, evaluar realmente a las personas que van a recibir la información. Ni todas las personas son iguales, ni la necesidad o curiosidad de acceso a la información tampoco. Trabajar estrategias de mail marketing para generar segmentaciones por perfiles de forma automática o aplicar el BigData para conocer comportamientos, actitudes, posibilidades y preferencias es una base para poder construir una cultura de comunicación efectiva y duradera.
Para concluir mencionar el otro player de esta cadena de comunicación, el mensaje, introduciendo una figura que cada vez está siendo más demandada en las organizaciones para curar esta enfermedad de la infoxicación; el curador de contenidos. No, no hablamos de un chamán en taparrabos que exorciza nuestros demonios comunicativos a golpe de cántico y sonajero, sino de un profesional que nos ayuda en la difícil tarea de separar el polvo de la paja formativa e informativa, mejorando la capacidad de asimilación de información y evitando la saturación por exceso de información. Te dejo este artículo del blog de Ramón Archanco que habla sobradamente sobre el tema y mucho mejor que yo… (ver >)
Bueno, esto daría para cincuenta post más. Próximamente hablaremos en más detalle de Slack y su provechosa integración con Trello, de email market interno, de big data aplicada a la comunicación interna, y de todo lo que quieras que hablamos…
Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?
La infoxicación ya es considerada como la enfermedad de la sociedad digital de principios del siglo XXI. Si notas dolor de estómago, pérdida de visión, problemas de atención y concentración, dificultad para el análisis y la toma de decisiones, ansiedad, estrés y trastornos del sueño, puedes estar afectado. ¿Tiene tratamiento?
Muy bueno ; ) Creo que tiene mala solución; cura de reposo comunicativa, dieta blanda de mensajes, masaje suave a la base de datos y análisis periódico de canales. O mejor, visitar al médico…