BASADO EN HECHOS REALES
CXII | POR QUÉ UN “RUNNER” TIENE MÁS POSIBILIDADES DE ASCENDER QUE ALGUIEN QUE NO CORRE?
Jose Manuel Hernando Llorens
Director Creativo Ejecutivo Aleggria Comunicación
Hacer running (lo del correr de toda la vida) es una práctica cada más habitual para mejorar nuestra salud. Pero también es un factor importante para mejorar laboralmente. Ambas «carreras» comparten unos valores que muchas empresas ya explotan para seleccionar o mejorar su plantilla. Y tú, corres?
Yo no era muy de correr la verdad. El día que fui a Decathlon a comprar unas zapatillas para hacer running (que es como se dice ahora) me sentía más perdido que Wally. Pues que qué zapatillas voy a querer, -le dije a la amable dependienta sin mucha amabilidad- las de correr. Y es que yo no sabía que en esto del running había tanta sofisticación. Están las de amortiguación y las de ligereza, las de pronadores y las de supinadores, las de trial y las de entrenamiento, las de city y las de gym, incluso me enteré que hay zapatilla para correr descalzo…
Y es que en mi breve pasado de “atleta” cuando con 16 años entrené para correr la maratón de moratalaz (retos de juventud), las zapatillas de correr eran las mismas que las de salir, ir al cole, subir a la montaña, jugar al fútbol o partir nueces. Y aquí me ves ahora, más de cuarto de siglo después, en mallitas, zapatillas pronadoras trial city y camiseta técnica, corriendo por las calles como si me persiguiera alguien.
Y por qué cuento esto? Sencillo. Me gusta correr, es algo que creo viene con la edad, y cuando más me gusta es cuando voy de viaje o de vacaciones. Es una forma fantástica de conocer una ciudad cuando está despertando. En uno de esos viajes compartiendo carrera con mi amigo Angel y hablando del bien, del mal, del mar y de los peces, me comentó un dato curioso. Del grupo de running que empezó cuando su empresa activó una acción para fomentar hábitos saludables entre sus empleados, todos los que continuaron corriendo habían tenido un ascenso profesional notable en los últimos años. Vaya, pensé, aquí hay un post…
Foto Original:
Cartel película «Marathon Man»
1976
John Schlesinger
Y es que si lo piensas, la similitud entre ambas “carreras” es algo obvio.
- En las dos hay que marcarse objetivos y exigirse compromiso, constancia y autodisciplina.
- Ambas te ayudan a estar siempre marcando nuevos retos para superarlos y estar preparado para cualquier imprevisto.
- No es algo con lo que en el sentido literal de la palabra, disfrutes, pero la recompensa a cambio del sacrificio es uno de los mayores placeres que se pueden vivir.
- Además nos ayuda a conocer nuestras capacidades y limitaciones, y nos invita a ejercitarlas para mejorar. Y una cosa importante, contrariamente a lo que parezca no es una actividad en solitario.
- Un corredor ayuda a sus compañeros de carrera a superarse, a esforzarse, a marcarse nuevas metas, a no rendirse. Un buen corredor nunca deja solo a un compañero de carrera, le ayuda a llegar juntos a la meta…
Conscientes de los beneficios del running, además de los meramente físicos, cada vez más empresas lo usan como herramienta de cohesión entre profesionales, como estrategia motivacional o simplemente, como forma de hacer de sus empleados embajadores de marca. Aunque esto también tiene su reverso tenebroso…
Recuerdo una película de la que no recuerdo el título, en la que Jose Luis López Vázquez y el resto de sus compañeros de oficina eran invitados de forma voluntaria por su director a salir a correr al campo para fomentar la camaradería y el espíritu positivo y colaborativo entre ellos. Durante todo el fragmento los empleados solo se dedican a buscar la forma de eludir la vigilante mirada del Director, que por supuesto les acompaña en coche, para lanzarse a un arcén a fumar un pitillito, para incorporarse unas vueltas después a la carrera.
Algo así me contaron pasó en una empresa donde activaron un programa de reducción del sedentarismo proporcionando a los empleados una pulsera para contar los pasos que daban al día. Cada uno tenía un objetivo en función de su edad, sexo, capacidad u organismo, y por cumplimiento de objetivos, se les daba una prima. La iniciativa fue un éxito, duplicando y triplicando resultados semana tras semana, hasta que descubrieron que para conseguir la prima, los empleados ponían la pulsera al perro cuando le sacaban a pasear. Cosas de la tierra del Lazarillo…
Esto no significa que por hacer running vamos a ser ascendidos en el trabajo, pero creo que si una persona corre, pero de verdad, tiene más posibilidades de alcanzar una meta profesional que una que no lo hace, por una mera cuestión de principios. DIcho esto, aunque no sea por ascender en el trabajo, corre. Te sentirás muuuuuucho mejor. Y lo demás también lo verán así. Ya verás…
Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?
Estoy muy de acuerdo con tu post José Manuel. Lo he vivido en mis propias carnes y a mi me ha supuesto un cambio para mejor en todas las facetas muy importante. No se si es un causa – efecto directo, pero sí creo que el correr como hábito nos ayuda a estar mejor y también a trabajar mejor.
No sabía que eras corredor Joseba, pero me pega todo en ti. Cuando quieras nos pegamos una vueltas por la casa de campo para discutir si es causa o efecto : ) Gracias por tu aportación.
No puedo estar más de acuerdo. Correr obliga a establecer objetivos y luchar por ellos. Como corredor popular que ha terminado varias maratones y ultras, y por lo tanto conocedor del ENORME esfuerzo y sacrificio que exigen estos retos, valoro muy positivamente que un candidato a incorporarse a mi equipo haya pasado y superado con éxito una prueba tan exigente. Esa capacidad de sufrimiento y superación, transciende siempre lo deportivo para incorporarse al ADN de la persona. Aunque el correr pueda parecer un deporte solitario (y ojo, puede serlo para algunos), lo normal es que prefiramos hacerlo en grupo y siempre con el espíritu de ayudar al que lleva el ritmo más lento para que alcance el del equipo. Entendemos fe manera natural que todos estuvimos una vez ahí, siendo el más lento, y siempre alguien del grupo nos acompañaba dándonos aliento y animándonos, o hacía «la gomita» para que nunca nos quedábamos solos. Y al final, sin darte cuenta, un día te sorprendes a ti mismo acompañando a alguien que se acababa de incorporar al grupo, y entonces te das cuenta que ya eres un veterano aunque apenas lleves un mes corriendo. Ya sí, ya eres un runner.
¿Quien no querría un runner en su equipo?
Esa es la clave Angel. Parece que el desarrollo profesional también es algo individual, pero no, es un trabajo de equipo, aunque los beneficios últimos sean individuales. Gracias por tu aportación «de primera mano».
Magnífico artículo Hernando, ¿es la salud una competencia del empleado? Yo creo que sí y espero como bien indicas que las empresas lo valoren. Lo malo viene cuando esas empresas no apuestan por ello y las personas que están dentro quieren nuevos retos profesionales
Las empresas lo están empezando a valorar, o por lo menos yo lo estoy viendo en más de una en mi trabajo. Lo malo es que lo toman como una acción puntual y no le dan continuidad en el tiempo, con lo que muchas veces todo el esfuerzo no vale para nada. Pero no cabe duda de los beneficios de invertir en hábitos saludables tanto por un tema puro de salud, como por los valores de esfuerzo, compromiso y recompensa que comparten ambas disciplinas. Gracias por tu aportación Lourdes.