BASADO EN HECHOS REALES…

LVIII | SÍNDROMES LABORALES; GUÍA RÁPIDA PARA IDENTIFICAR WTF’s? EN EL TRABAJO

 

José Manuel Hernando

Director Creativo Ejecutivo Aleggría Comunicación

A veces en el trabajo detectamos momentos ilógicos, incómodos o sencillamente imbéciles que no parecen tener una lógica humana aparente. Pero  en el mundo laboral hay tantos síndromes laborales como personas y todos tenemos un poco de alguno. Conocerlos y reconocerlos nos ayuda a entender comportamientos y actitudes de mandos y compañeros. Esto solo es una pequeña recopilación de síndromes extraídos de los más sesudos libros de psicología y adaptados al mundo laboral. Te ves? Lo ves?

SINDROME DEL IMPOSTOR

Aquella persona que está continuamente desmereciendo sus éxitos, pensando que en realidad está engañando a todos y por lo tanto corren el riesgo de ser desenmascarado. Atribuyen su éxito a factores externos como la suerte. Suelen ser inofensivos laboralmente pero ellos mismos son su propio freno para desarrollarse profesionalmente. No son muy recomendables para un afterwork por su elevado nivel de pesimismo vital…

SINDROME DUNNING-KRUGER

Efecto según el cual personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben, a considerarse más inteligentes de lo que son y a sobrestimar por definición las capacidades y conocimientos de los demás. Un elemento incómodo demasiado habitual en nuestra flora laboral que cobra especial peligro cuando asciende a su máximo grado de incompetencia jerárquica…

SINDROME DEL PESIMISMO DEFENSIVO

Capacidad de ponerse siempre en la opción peor para con ello estar preparado para el fracaso. Aunque se trata de un mecanismo natural de defensa, es un gran enemigo de la innovación en el entorno corporativo y un generador de mal ambiente laboral. Tampoco te los lleves a tomar copas, te convencerá para que cambies la cerveza por el batido de chocolate…

SINDROME DE BURNOUT

El famoso síndrome del quemado según el cual la frustración con el trabajo desarrollado ya sea por exceso, inconveniencia, tedio o incompetencia produce un constante e incómodo malestar. Suele darse más entre personas cuyo trabajo se desarrolla de cara al público, y su manifestación más característica es la falta de modales y malas formas. Lo normal es que acabe en baja por estrés crónico o despido procedente…

SÍNDROMES LABORALES

Foto Original:

Cartel película «Extraños en el paraíso»

1984

Jim Jarmusch

SÍNDROME DE CRONOS

Curioso síndrome según el que un mando tiene miedo de ser desplazado por alguno de sus subordinados y como mecanismo de protección frena u obstaculiza su desarrollo profesional. Los que lo padecen normalmente han alcanzado su nivel jerárquico de forma inmerecida bien por antigüedad, por herencia o por malas formas. Son un auténtico cáncer para las empresas y según he leído afecta a más de un 40% de los directivos de las empresas más relevantes del país. Eso tal vez ayude a explicar muchas cosas…

SÍNDROME DE PROCUSTO

Otro síndrome con referencias de la mitología clásica griega. Literalmente es “talar” a las personas que sobresalen. Se trata de mostrar una completa intolerancia a la diferencia y la diversidad. Tal es así que se define “lecho de procusto” a una situación en la que una persona somete al resto de forma tiránica para que sigan sus patrones de pensamiento y comportamiento. Un mando con este síndrome sería Ciudadano Kane y un empleado, pues por ejemplo la vieja del visillo…

SÍNDROME DE SOLOMON

Es una pérdida consciente y voluntaria de la autoestima y auto-confianza en aras de ser aceptado por la comunidad. Se presenta a través del miedo a destacar por ser rechazado y por tanto, se tiende a atacar al que se atreve a destacar. Se alegran del mal ajeno como justificación a su recelo y falta de iniciativa. Son Son bastante tóxicos .

 SÍNDROME DE KAROSHI

Dichos sin paños calientes, es el producto de un estrés extremo por exceso de trabajo con capacidad para producir la muerte accidental o premeditada. Es el principal enemigo de los planes de seguridad laboral, y saltó a los medios hace unos años por los numerosos casos de suicidio de grandes compañías japonesas. Suele afectar más a profesionales maduros de alto nivel jerárquico y con gran responsabilidad financiera. Los síntomas son muy evidentes tanto físicos como mentales y emocionales y aunque no siempre tengan un final dramático, los efectos sobre el organismo y el cerebro son devastadores…

SÍNDROME DE ANAT

Es la necesidad de apropiarse de ideas y éxitos ajenos para el beneficio personal. Esta conducta no es patrimonio exclusivo de los mandos, y está muy presente en las compañías donde se establecen unos elevados parámetros de competitividad. Su uso produce resentimiento, desmotivación y desinterés en los equipos de trabajo, y si no se ataja a tiempo produce un inevitable efecto de huida del talento útil…

SÍNDROME DE BERGERAC

Es lo opuesto al Síndrome de Anát pues aquí es la persona con baja autoestima la que cede de consciente y deliberadamente sus ideas a terceros ya que considera que es la única forma de que salgan adelante. Son fáciles de identificar y una figura muy valiosa para un mando sin escrúpulos, pero a diferencia de otros síndromes, la cesión del trabajo es completamente voluntario por el que sufre el síndrome…

SÍNDROME DE GANIMEDES

Hablamos de aquella actitud orientada a la explotación de una cualidad específica y concreta de una persona sin tener en cuentas el resto de sus capacidades o posibilidades profesionales. Su uso no tiene por qué ser consciente por parte de la dirección, pero su causa viene motivada por un erróneo proceso de selección laboral. El efecto más común es la apatía profesional y la desidia laboral. Dar la vuelta a la situación es muy sencillo y ofrece múltiples y sorprendentes ventajas y resultados…

Y HAY MUCHOS MÁS…

Como el de Munchausen, personas que inventan conflictos para solucionarlos ellos y así ganar notoriedad. O el de Diógenes y su manía para guardarlo todo con el consiguiente uso y abuso de procesos, espacio, tiempo y recursos. O el de Pulgarcito los que sienten lo que el mismo nombre indica, que son insignificantes. O el del Código de barras, la dificultad para trabajar transversalmente sin aprovechar la relación entre áreas.O el de Blancanieves o la distorsión que tienen algunas personas de si mismas. O el de Dory y la rapidez de algunos para olvidar. O el de Homer Simpson que creo poca explicación precisa para entenderlo. O….

Y hasta aquí. Conoces a alguien que los padeces? Tú mismo? Compártelo un poco más abajo…

Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?

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