DESDE LA AGENCIA
LXXVI | TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS CREATIVAS. PORQUE HAY MUNDO MÁS ALLÁ DEL BRAINSTORMING…

José Manuel Hernando
Director Creativo Ejecutivo Aleggría Comunicación
Todas las empresas que se precian de fomentar la innovación interna practican el brainstorming, y aunque parezca que no hay mundo más allá, es falso. Hay otras técnicas que están desbancando esta veterana técnica de generación de ideas. Son nuevas formas de ver y entender la creación colaborativa. Algunos nombres que están empezando a sonar son Brainswarming o brainwriting. Pero hay más. Las vemos?
Alex Faickney Osborn que entre otros méritos tiene el de ser la última letra de BBDO, inventó el brainstorming en los lejanos años 20. Viendo el método solipsista con que trabajaban los creativos de la época, pensó que si lograba que varias mentes colaboraran de forma constructiva y respetuosa podría abrir un nuevo camino para llegar a ideas ganadoras. Y ganó. En la difícil década de los años 30 este método salvo su agencia, la colocó en el ranking de las grandes y creó escuela.
La técnica del brainstorming es sencilla. Se estimula la creatividad invitando a generar ideas sin límites. Luego se votan las mejores y se desarrollan de forma colaborativa. Todo el mundo aporta, todo el mundo opina, todo el mundo construye. Con mayor o menor nivel de sofisticación, los participantes a viva voz expresan sus ideas que son apuntadas en mapas gigantes de postit.
Casi un siglo después este método y sin apenas alteraciones, sigue siendo el referente metodológico de creatividad colaborativa, y fuente de la que han bebido casi todas las técnicas disruptivas posteriores. Pero este concepto teórico ha degenerado tanto desde aquellos locos años 20, que en la mayoría de las ocasiones no deja de ser una pantomima absurda de ejemplificación colaborativa.
He participado en varios brainstorming en los que veo que la norma es que se genere una especie de competición por ver quién es más original, más guay o más absurdo. Cierto es que a veces la gran idea está en lo más simple, pero creo que el proceso está tan viciado que produce mucho ruido, pero muy pocas nueces. No siempre es problema de los participantes, la clave del éxito suele estar en el moderador. Los años que llevo en agencia me han enseñado que un Director Creativo no es el que tiene mejores ideas, sino que es el que sabe cazarlas y encauzarlas. Una dinámica creativa sin control ni criterio puede hacer que pasen grandes ideas inadvertidas, o que se magnifiquen auténticas estupideces irrealizables. Pero hay alternativas…

Foto Original:
Cartel película «Proyecto Brainstorm»
1983
Douglas Trumbull
Hace unos meses leí algo sobre el brainwriting, una técnica creativa cada vez más extendida que basa su desarrollo no tanto en decir lo primero que se te viene a la cabeza de forma individual, sino en pensar de forma colaborativa en una solución a un problema o una vía de desarrollo. La técnica es muy sencilla:
Se comparte la temática con todo el grupo de forma clara, sencilla y directa. Lo importante de esta fase es que todos entiendan qué se está pidiendo y qué se espera de ellos. Se entrega un papel en blanco al primer participante, escribe dos o tres ideas, se lo pasa al siguiente, y así hasta el final. Durante este proceso todo ha sido silencio, por lo que las aportaciones de los machos alfa no predominan sobre los del resto de la manada. Al finalizar el círculo el conductor lee cada idea manteniendo el anonimato del autor, y se evalúa, separa y construye en equipo. Una de las grandes ventajas de esta técnica es que no tiene porqué ser presencial, pudiendo establecer dinámicas creativas online de éxito.
Otra técnica que funciona muy bien es el brainswarming, una variante del brainwriting que basa su desarrollo en que una vez planteada la temática de la dinámica, los participantes apuntan en un papel una idea y la ponen en un tablón. Se pueden añadir papeles horizontalmente para aportar nuevas ideas, o verticalmente para construir sobre alguna de las propuestas. Al igual que el brainwriting todo transcurre en silencio, y las ideas de todos tienen visibilidad. Además esta técnica permite mantener dinámicas creativas en el tiempo, pudiendo introducir nuevas variables, nuevos participantes, nuevos retos…
La sinéctica es una variante inversa del brainstorming que se basa en no compartir la base del problema con los asistentes. Así estos deben empezar a hablar del producto o servicio y el moderador debe ir guiando el grupo hasta que den con el motivo de la reunión y de forma natural, con su solución. Es una técnica muy compleja y que no garantiza el éxito pues depende mucho de la habilidad del moderador, pero es bastante interesante para encontrar nuevos caminos o detectar problemáticas futuras.
Time lapse es una técnica muy curiosa que leí en una revista que nada tenía que ver con la creatividad. Parece ser que el cerebro humano funciona muy bien en caliente para generar ideas, pero es en frío cuando las mejora. La idea del time lapse es trabajar una dinámica de brainstorming o similar, pero cortarla justo en el momento de hacer crecer las ideas resultantes para darle o unas horas de paseo, o una noche de sueño. No lo he probado pero dicen que el tiempo es el mejor filtro para desestimar las malas ideas y hacer crecer las buenas.
La técnica de los seis sombreros para pensar (Six Thinking Hat) la creó en 1985 el psicólogo maltés Edward de Bono. Consiste en plantear una temática determinada y asignar un rol a cada asistente;el de la lógica, el del optimismo, el de la negatividad, el de la emoción, el de la creatividad y el de la dirección. La dinámica creativa se basa en crear una especie de performance de improvisación donde cada uno asume el papel que se le ha asignado, y postula en función a su rol. Pensamiento lateral en estado puro…
Y hay muchas técnicas más. La de group sketching basada en interpretar cada temática mediante un dibujo. La del alter ego, en que cada uno elige un personaje para meterse en su piel y defender una postura determinada ante un tema concreto. O las conexiones forzadas. O el método cero. O el método SCAMPER. O la técnica 635, 6 personas, 3 ideas y 5 minutos. O la 4x4x4, 4 ideas por persona, 4 grupos a debatir, 4 conclusiones a exponer…
Se elija la que se elija, la innovación es algo que se debe practicar como método evolutivo, involucrativo o motivador en las empresas. Y si no sale nada positivo, por lo menos habrá sido una interesante acción de colaboración o una divertida experiencia de team building. La creatividad está en el aire. Lo coges?
Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?