BASADO EN HECHOS REALES

CCLVIII | ¡MUJER TENÍA QUE SER?

ANNA
Anna Martínez Ruiz

Técnica Industrial Revestimientos Aplimar

Mucho se habla del porcentaje de mujeres en las empresas del IBEX-35, pero poco sobre las que tabajan en sectores tradicionalmente destinados a hombres. Coincidiendo con el Día del Trabajador, traslado aquí la experiencia en formato discurso de una mujer en un entorno laboral tan mayoritariamente masculino como es el industrial. Un curioso y enriquecedor relato que nos hace ver lo que todavía nos queda por andar. Veamos. Leamos…

Soy técnico en pavimentos industriales. Mi trabajo consiste en evaluar las superficies de las naves industriales y determinar qué tipo de pavimento necesitan. Me llamo Anna y soy mujer. La mayoría de mis mañanas empiezan así. “Soy Anna Martinez y vengo a evaluar el suelo”. Primer silencio incómodo. “Esperábamos que viniera el técnico…”. “Yo soy la técnico…”. Segundo silencio incómodo. “Ah, vale…”.

Esto es solo uno de los múltiples ejemplos que os puedo contar. Os podría hablar del maravilloso mundo de la ropa técnica. Hasta no hace mucho no había ropa técnica de mujer. Bueno, delantales sí, de esos los hay en todos los colores. En aquel entonces, o llevabas ropa tres tallas más grandes, o te dejabas el sueldo arreglándola. Y hablemos del calzado de seguridad que por alguna extraña razón que se me escapa, siempre debe tener un detalle rosa. No sé, quizás las mujeres necesitamos llevar algún distintivo que nos acredite como lo que somos…

Y no quiero dejar escapar la oportunidad de comentar que, a día de hoy, aun hay fábricas que no tienen baños exclusivos para mujeres. Algo que, por supuesto no es legal. Pero mejor lo dejo aquí que estoy pintando un cielo demasiado negro y tampoco es eso. Hace no muchos años ese “Ah, vale” hubiera sido un “esperábamos a un hombre”. Así que algo hemos avanzado.

mujer

Foto Original:

Cartel película «Cómo ser mujer y no morir en el intento»

1991

Ana Belen

La industria y la construcción han sido históricamente sectores masculinos por excelencia. Las mujeres que trabajaban en ellos se dedicaban a áreas de administración y como no, a limpiar. Eso siempre. Los roles masculino y femenino están muy marcados por lo de que romper la barrera del género es muy difícil. Y aunque como señalaba antes se han dado pasos importantes y ya vemos a mujeres destacando en campos como la ingeniería, la medicina o la ciencia, el sector de la industria y la construcción está a años luz de ser igualitario.

Son los hombres los que pintan paredes, conducen toros eléctricos, manejan transpaletas o pavimentan suelos. Y si preguntas “por qué…?” te dirán “pues porque sí…!”. Por que como decía la canción “la vida es así, no la he inventado yo…”. Y eso es lo que debemos construir; la vida. Cambiar entre todos, hombres y mujeres. Cambiar el “porque sí…!” por un “porque no…?”. El problema es cómo lo hacemos. Cómo cambiamos una cultura tan arraigada e ineriorizada?

Pues después de muchos años de “cómo ser mujer y no morir en el intento…” he llegado a la conclusión que lo primero y fundamental es cambiar nuestra mentalidad. Por un lado entender que aunque las mujeres y hombres no somos iguales, tenemos los mismos derechos y por tanto, podemos y debemos acceder a cualquier sector.

mujer

Yo como mujer puedo ser albañil y un hombre puede dedicarse a la puericultura, si ese es su objetivo. Ah, un inciso; si ves a una mujer albañil o a un hombre en una guardería por favor, no os les quedéis mirando fijamente. Por experiencia os digo que es muy incómodo. Sigo. Por otro lado lo de que son sectores masculinos por una cuestión de fuerza ya no cuela. Sin entrar en la eterna batalla de que los hombres son más fuertes, que eso habría que verlo, vivimos en el siglo XXI y la mecanización es nuestra amiga. Por ello no hay excusas en que una mujer no pueda coger un toro eléctrico. Y eso de “mujer tenía que ser” tranquilos, sabemos conducir.

Tengo la certeza que la única herramienta, la llave maestra que nos abrirá la puerta de la igualdad, es la educación. Enseñar, aprender, formar y empoderar. Enseñar a nuestros hombres a crecer en la igualdad, en no vernos como enemigas, sin prejuicios. Y enseñar a nuestras mujeres a empoderarse, a no rendirse. Es vital que desde las instituciones se creen redes de seguridad que nos acerquen para trabajar juntos.

Esa llave maestra está en sus manos, en la de los politicos y las instituciones, pero también en la de cada uno de nosotros. Todos, individual y colectivamente, debemos desechar de nuestra vida todas esas viejas costumbres, ideas y mitos. Y ya para terminar, recordad mujeres que cuando os digan “porque sí..!.” debeis contestar “porque no…?”. Gracias.

Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente. ¿Hablamos?

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