PENSANDO PENSANDO
CCXVII | CREAR Y RASCAR, TODO ES EMPEZAR? REFLEXIONES SOBRE LO CREATIVO Y LOS CREATIVOS…

Jose Manuel Hernando
Director Creativo ATREVIA CU&PE
La creatividad está en el aire, y solo por respirar todos somos creativos? O sin duda está en el fuego, y únicamente los que se queman en las llamas de su infierno son los señalados? O tal vez esté en la tierra, y hay que enfangarse para dar con el barro creador? O igual se encuentra en el agua, y es un hábitat natural en el que se sumergen muchos pero solo viven unos pocos? Sea como fuere con el rollo este de que la creatividad está en todos y debe estar en todo, estamos empezando a ver gigantes donde solo hay molinos. En este post intento poner un poco de sentido común y cordura sobre lo que es y los que son, y sobre lo que no es y los que no son ni sun. Y chimpún matarile. Veamos. Leamos.
Para ser creativo no tienes que ser fan loco de startrek o de starwars. No es obligatorio llevar gafas de pasta rosa, ni tatuarte “Lorem ipsum dolor” en el antebrazo. No es necesario pasar una vez al año por el burning man, ni ser activista del crudiveganismo. Ni siquiera preferir al farero de Capdepera, que al vigía de occidente. Para ser creativo solo tienes que hacer una cosa, crear. Yo he tardado mucho tiempo en darme cuenta que la creatividad es una forma de ser y no tanto una manera de estar. Un creativo lo es 24 horas los siete días de la semana y durante toda su vida, y hasta para tender la ropa o estornudar, se es creativo.
Yo soy creativo, de profesión, de vocación y de pasión, y desde mi más tierna infancia, siempre lo he sido. No pretendo ser pretencioso ni vanidoso, solo hablo de mi caso que es el que mejor conozco y que contrastado con otros compañeros de profesión, vocación y pasión, mantiene unos paralelismos sospechosos. La razón de escribir este post es que estos días me han pasado tres cosas en principio inconexas, pero que me han hecho reflexionar sobre lo creativo, los creativos y la creatividad. El tema es que yo siempre he dicho que todos somos creativos, cosa que a todo el mundo le encanta escuchar, pero nadie parece querer oír la segunda parte en la que afirmo sin atisbo de duda, que hay que saber lo que se crea porque a veces, el sueño de la sin razón produce monstruos.
Volviendo a lo del creativo 24 horas, en el entorno personal nadie te exige que seas creativo salvo tú, pero en el laboral sí. De un creativo se espera todo, de todo y de ya, pero por desgracia esto de crear no es una ciencia exacta, y las cosas no siempre surgen cuando y como a uno le gustaría. Pero los plazos siempre están ahí como una espada de Damocles, y es por ello que la presión suele ser muy grande. El otro día dando una charla compartí un secreto muy íntimo, y es que mis mejores ideas surgen en los momentos en que más paz estoy; en la ducha, o a punto de dormirme. Aunque no olvidemos que tradicionalmente se dice que los momentos más creativos son en periodos de guerra. Pero más allá de la guerra o la paz, la idea siempre surge y respiramos, aunque siempre hay un nuevo reto a la vuelta de la esquina esperando y ese también, ha de estar a al altura, y en tiempos. Entiendo que es genial ser creativo, pero para serlo solo hay una regla; serlo.

Cartel película «El club de la lucha»
1999
David Fincher
Voy a contar los tres aconteceres recientes para ilustrar mi reflexión. Ahí va el primero. Hace unos días recibí un extenso mensaje por Linkedin de una persona que con más intención que intuición se presentaba como muy creativa, y me preguntaba sobre qué tenía que hacer para dedicarse a esto de la creatividad. Mi respuesta fue menos extensa pero más intensa; “tan solo crea”. Da igual lo que crees. Da igual lo que creas, tan sólo crea. Yo a lo largo de mi vida siempre he creado, y he creado mucho; desde fanzines hasta guiones de teatro, pasando por cuentos, juegos de cartas, programas de radio, letras de canciones, cortometrajes, posts, camisetas, muebles, juguetes… Nadie me ha pedido que lo haga y no me han reportado ningún beneficio salvo emocional. Lo hago porque como le decía de forma machacona el Vizconde de Valmont a la atribulada Madame de Tourvel, “¡No puedo evitarlo!”. Lección uno, si quieres ser creativo, crea.
Vamos con el segundo. Un viejo amigo del colegio con el que gracias a la magia de facebook recuperé contacto 30 años después, se interesó por una plaza para su hija de diseñador/creativo, que había publicado mi agencia. Según su propio testimonio, desde niña había mostrado una gran pasión por todo lo que tuviera que ver con lo creativo y la creatividad. Cuando miro su perfil, veo a una estudiante de arquitectura con una ligera experiencia laboral en otros campos y ciertos intereses humanitarios. Hasta ahí todo normal; es muy joven y nadie nace con experiencia. Pero intrigado por encontrar esa vena creativa y motivado por el compromiso hacia un viejo amigo, entro en su portfolio de Behance, y allí me encuentro con un crisol de dibujos, planos, fotos y bocetos que me requieren un esfuerzo extra para entender lo que estoy viendo. Mi respuesta en honor a la amistad que nos unió hace más tiempo que la edad de cristo, fue más extensa. Le pedí que si de verdad su hija era creativa, como la mujer del Cesar además de serlo tenía que parecerlo. Y es que aunque seguro que su oferta tenía un fondo muy creativo, la forma en que se vendía no estaba nada ajustada a la demanda. Bueno, era más largo pero en esencia le decía eso. Lección dos, si necesitas mostrarte como creativo, muéstralo.
Y aquí llega el tercero. Yo creo firmemente en la idea de que en creatividad ni todo vale para todo, ni todo vale para todos. Todo lo que yo creo suele tener un aporte racional muy poderoso que demuestra que no es precisamente una idea feliz, sino una feliz idea. El que me lleve más o menos tiempo crearlo es irrelevante, lo importante es el resultado, y funciona en un porcentaje sospechosamente elevado. Y cuando lo hace, es un momento casi mágico en el que brillas, y se ve. Por eso entiendo que a veces te encuentras con personas que son como esos espectadores que durante el show del mago su único empeño es descubrir su truco. Ofrecer una solución creativa junto con el brief, sacar en un braistormins el famoso word con claims a ver si alguno cuela, o pedir cuarto y mitad de creatividad y rapidito que tengo prisa, es algo más cotidiano y triste de lo que pueda parecer. Y al final piensas que bueno, que no pasa nada, que qué desperdicio pero que menos trabajo. Y sin más…

Dicen que la creatividad es uno de los skills profesionales más demandados en estos tiempos, seguramente porque es uno de los pocos que no pueden replicar las máquinas. Y aunque duela decirlo, tampoco todas las personas. Y por eso ahora todos intentan ser o parecer muy creativos. Y de verdad que me parece fantástico, pues el mundo es un sitio mucho más bello y divertido si todos somos muy creativos. Pero no olvidemos que un parroquiano del karaoke por muchos aplausos que arranque de los fff’s (friends, fools & family), no es un cantante. Y que por muy bien que un jugón maneje todo tipo de armamento y vehículos militares en el Call of Duty, no estás ni de cerca preparado para un combate real. Creo que la idea se capta, no?
He asistido a cientos de conversaciones en las que alguien desprestigia a gente como Mondrian, Miró o Malevich afirmando que eso lo hace cualquiera, y alguno incluso lo hace… Yo me dejo envolver por el ruido y la furia de Faulkner, me pierdo en las tormentas de Turner, siento el pesar oscuro y vital de Mr. Trier, y disfruto entendiéndome con las variaciones Goldberg de Bach, aunque no entienda muy bien qué tengo que entender. Para mi son genios porque lo que hacen es genial, y nunca jamás se me ocurriría mirar dentro de sus sombreros para encontrar el conejo, o decir que eso lo hago yo con una pierna atada al cuello. Su creación habla por ellos y no al revés. Y aunque lo que hacen ciertamente tiene algo de inspiración divina, detrás hay mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha vocación, mucha dedicación. Porque como decía Picasso, la inspiración llega pero te tiene que encontrar trabajando. Los creativos pasamos muchas horas formándonos, investigando, leyendo, hablando, mirando, analizando… Y aunque parezca que siempre estamos de cachondeo, nuestro trabajo es muy serio. Por supuesto no vemos la vida como un concurso de talento esperando a que un jurado de dudosas eminencias te descubran, pero nos gusta que nos valoren y reoconozcan por lo que hacemos, y se valore y reconozca lo que hacemos. Como todos…
Y cierro post. Recuerdo la película de Amadeus de Milos Forman en la que un cultivado Salieri ocultaba su profunda admiración y envidia hacia Mozart por ser capaz de crear maravillas como la sinfonía nº40 en sol menor con la misma facilidad con que se servía un ponche. Él optó por destruirle, pero si no hubiera sido por Mozart, a pesar de su valía, Salieri ni siquiera hubiera ocupado una liviana entrada en la Wikipedia. Paul Rand, uno de los mayores genios que ha dado el diseño gráfico en la historia, decía una cosa que siempre que puedo coloco en charlas, cursos y tertulias “Es simple y por eso, es tan complicado”. Y así es. Crear es extraordinariamente complejo, por muy fácil que parezca cuando se está delante de lo creado. Claro, se piensa, «eso lo podía haber hecho yo» o «¿cómo no se me ha ocurrido a mí?» Pues no lo sé, pero si te decides a hacerlo, simplemente asegúrate que es creativo. Y punto. Y lo dejo aquí para que cada uno lo interprete como estime más adecuado.
Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?