AL HABLA CON…

CLXXII | COVID19 : TELETRABAJAR ES UN CAMBIO CULTURAL Y SOCIAL, NO SOLO TECNOLÓGICO…

MISTERHELLO
Ángeles Tejado Sánchez

Senior Marketing Manager & Project Manager at the FIWARE FOUNDATION

Tiempo de lectura estimada: 4 minutos

He pedido a Nines que comparta su experiencia como teletrabajadora ya que es veterana en estas lides desde años antes del como ella dice, “este retiro responsable”. Creo que su vivencia puede ayudar a combatir la depresión, esa cuarta fase del duelo en que según mi opinión estamos entrando tras pasar por la negación y la ira, saltandonos diréctamente la negociación. Veamos. Leamos…

Me piden que comparta mi experiencia teletrabajando en plena era digital y de pandemia mundial por Covid-19 lo cual no resulta en absoluto sencillo pues todos contamos con entornos profesionales, situaciones personales y experiencias vitales diferentes. Actualmente desarrollo mi actividad profesional en el departamento de marketing y comunicación de una fundación sin ánimo de lucro enfocada al desarrollo y promoción tecnologías open source en línea con los objetivos de la estrategia Digital Single Market de la Comisión Europea. Oficialmente mi lugar de trabajo está entre mi casa en Madrid, viajando con cierta frecuencia a la sede central en Berlín. Pero lo cierto es que lo que mejor se adapta a mi realidad es el concepto de “oficina ambulante”, ya que la naturaleza de nuestras actividades implica movilidad, desplazamiento y trabajo con equipos dispersos por todo el mundo.

Estaciones de tren, cafeterías, aeropuertos, habitaciones de hotel y oficinas de terceros son habituales lugares de trabajo que se suman al hogar y a la central en Berlín. Mi conexión al mundo no es física sino virtual a través de mi móvil, mi ordenador, y herramientas de comunicación tan básicas como Skype, WhatsApp o Hangouts. Cualquier lugar se convierte en un espacio óptimo para trabajar. En casa yo no dispongo del típico espacio-oficina con silla ergonómica, archivadores y flexo, sino que utilizo la cocina. En mi caso lo del espacio de trabajo ha sido casual, pues tras probar varias opciones, es ahí donde me siento más cómoda.

Uno de los puntos más importantes para teletrabajar de forma eficiente es disponer de herramientas que faciliten la conexión con los demás, el trabajo en equipo, la comunicación ágil y eficiente tanto verbal como escrita. Pero no es el único; también es muy importante la gestión del tiempo y la dedicación. Y quiero insistir en este punto porque, aunque se supone que individualmente ganamos en tranquilidad y espacio para la concentración, el estar siempre conectado puede jugarnos malas pasadas. Hay que saber gestionar esa «conexión».

conciliación entre mundo personal y profesional
Foto Original:
Cartel película «Máxima ansiedad»

1977

Mel Brooks

Hace dos años cuando decidí dar este salto profesional, pasé por el mismo proceso que seguramente muchos están pasando en estos días. Es más que evidente que por muy digital que todos nos consideremos, debemos hacer una re-inmersión cultural en conocimiento tecnológico y uso de herramientas, adaptarnos a «otros tiempos» y aprender de nuevo a gestionarlos. Porque sí, llevar muchos años trabajando en comunicación me ha hecho incorporar dispositivos y aplicaciones en mi día a día de forma natural, pero hacer de ello una forma de vida y coordinar tareas colaborativas en remoto, es algo más serio.

Otro factor importante para el éxito del teletrabajo es la conciliación. No es cierto, al menos en mi caso, que teletrabajar ayude a conciliar mejor. Ni dispones de más tiempo para otras tareas (cuidado de la familia, cocinar, limpiar, comprar, llevar agendas médicas y escolares) ni organizas mejor tu tiempo. Tienes que dedicar exactamente el mismo tiempo a tu empresa y a tu familia. Aunque te muevas menos no es cierto que ganes horas o que los horarios no entren en conflicto, no puedes dejar para más tarde lo que debes hacer «ahora». Igual que con el trabajo presencial, la conciliación sólo se consigue re-estructurando o re-organizando sistemas y, en mi caso, con ayuda externa: contratando personal doméstico, pagando comedores y rutas en colegios. Evidentemente todo esto no procede en un momento como el que estamos viviendo, pero cuando todo esto termine los que sigamos tele trabajando tendremos que contar con sistemas externos de ayuda igual que los que trabajan de forma presencial.

En mi caso con respecto a las horas de dedicación laboral y personal no hay barreras. Yo no me puedo someter a un horario de 9 a 6 porque no es eficiente. No hablo de una actitud “always on” necesariamente, pero dar calidad en resultado y tiempo precisa por mi parte bastante flexibilidad de horarios. La diferencia horaria con los equipos internacionales con los que trabajo y los picos que se generan por entregas de proyectos, organización de eventos o planes de marketing hacen que las fronteras temporales entre lo personal y profesional se diluyan, y eso es algo que modifica la convivencia y debe ser entendido en su entorno familiar. La flexibilidad e independencia a la hora de “conectar/desconectar” con el trabajo no es una ventaja del teletrabajo en sí, sino un valor de tu empresa. Lo mismo aplica en tu vida familiar/personal. Todos deberíamos ser libres de distribuir nuestro tiempo y adaptarlo a las demandas personales y profesionales siempre y cuando alcancemos los resultados esperados en ambos universos. Entender y hacer entender esto no es fácil, y lo normal es que se genere cierta ansiedad.

MISTERHELLO
Y es que encontrar la armonía entre una dinámica profesional no convencional en un entorno personal convencional se consigue con apoyo y comprensión. Ver, observar, hablar y respetar espacios, tiempos y necesidades es básico para que todo fluya con naturalidad y eficiencia. Enfrentarse y superar conceptos arraigados y estereotipados sobre familia, géneros, momentos, roles o responsabilidades es el primer paso para que se produzca el cambio cultural necesario para poder romper con barreras laborales espacio temporales. Porque más allá de la tecnológica, para impulsar el teletrabajo, la verdadera frontera es la social.

Mi opinión personal es que los manuales de supervivencia con reglas básicas sobre espacios, horarios, rutinas, vestimenta, nos dan confianza y seguridad, pero no garantizan el éxito. Cada caso, cada hogar, cada familia, cada grupo de personas, es distinta. El teletrabajo llegó a mi vida con dos hijas ya casi en edad adolescente que aprendieron rápidamente a contribuir a la ansiada conciliación que, repito, significa re-estructurar, re-organizar, distribuir responsabilidades, unir esfuerzos de forma ágil y, sobre todo y ante todo, respetar y colaborar. Así que en mi caso los roles atribuidos tradicionalmente a mi género, no aplican demasiado.

Pero todo esto no es fácil. Lo normal sentir cierto estrés, ansiedad, desamparo, confusión en estos momentos iniciales. La situación es desconocida y amenazadora, pero no debemos dejar que se instale en nuestro estado de ánimo e interfiera en nuestra habilidad a la hora de gestionar situaciones de forma eficaz. Fue Heráclito de Éfeso el que dijo aquello de que “todo cambia y nada permanece”. La vida es cambio, está en nuestro ADN, y aunque no seamos conscientes de ello, cambiamos constantemente, nos adaptamos. A mí y a gente como yo, nos tocó cambiar hace un par de años y ahora le ha tocado al resto. Así que suerte, porque la vais a necesitar…

Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?

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