SOBRE COMUNICACIÓN INTERNA.

LXXIII | FASES DEL DUELO LABORAL

TE SUENA? EN CUÁL TE ENCUENTRAS TÚ?

José Manuel Hernando

Director Creativo Ejecutivo Aleggría Comunicación

Una relación profesional es un proceso que como los idilios, puede acabar bien, regular o fatal. Enfrentarse al desengaño ante un proyecto laboral, perder la fe en la compañía o la marca o sobre todo, aceptar una jerarquía despótica y tirana conlleva un proceso de duelo que se inicia con la negación y acaba con la aceptación. Y entre medias de todo, un profesional perdido, tanto si se va de la empresa, como si se queda…

Según la wiki, duelo es la reacción de la psique ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Si trasladamos esta pérdida al entorno laboral, la definición podía ser algo así como la reacción humana natural anta la pérdida de confianza en una persona, una compañía, un proyecto o una profesión.

En 1969 la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross presentó este modelo al que dio su nombre en el que desde la vertiente meramente psicológica, muestra el proceso que recorre una persona ante una pérdida cualquiera. Se trata de un camino lógico que no tiene porqué seguir este orden ni completar todas las etapas pero que una vez iniciado, no suele haber marcha atrás

Fases del duelo

Foto Original:

Cartel película «Sucesos en la cuarta fase»

1974

Saul Bass

Si has pasado por esto o estás en ello, esto te sonará:

  1. Negación. No das crédito a lo que ha pasado. Tu lógica te impide aceptarlo. Con lo que tú has hecho. Con lo que te has esforzado. Con todo lo que has pasado. Con lo que has dejado. En caliente sigues adelante como si no hubiera pasado nada, pero la semilla de la discordia ya está plantada. Si no pasa más puede quedarse en esta fase, pero la hipersensibilidad que desarrollas hace que cualquier cosa sea el detonante de la siguiente fase…

  2. Ira. Ya no te encuentras dolido o enojado, estás muy muy cabreado. Ahora lo ves claro. Te sientes engañado, maltratado, explotado, incomprendido. Comprendes que has tomado una decisión laboral errónea y eso te enfada más. Lo normal es pagarlo con todo y con todos, aunque tienes caídas de pena y autocompasión que te hace buscar a personas en etapas similares. Te vuelves dañino, tóxico y destructivo. Todo te parece mal y de momento te niegas a ser ayudado, solo escuchado…

  3. Negociación. Tu ira no tiene ningún efecto práctico en tu situación presente ni futura, por lo que te encuentras sin armas ni siguientes pasos. Y como no sabes muy bien qué hacer, te tranquilizas, reflexionas y reculas un poco. Lo normal es que en esta fase post calentón empieces a mover contactos de forma un poco más racional. Sin prisa pero sin pausa. En el trabajo pareces el mismo, pero es solo una máscara. Vives el presente con tensa calma esperando paciente esa oportunidad de entrar al despacho de tu jefe para salir de la empresa…

  4. Depresión. Las cosas no salen como esperabas. El ansiado Camelot no aparece en tu horizonte laboral. Además has bajado la guardia y no rindes como debieras en el trabajo, y lo sabes. Tu entorno también empieza a sentirlo y a resentirlo. Empiezas a entrar en una espiral autodestructiva que no sabes cómo frenar. Tu entorno extralaboral también empieza a fallar en algunos puntos y todo se complica. Lo peor es que si tomas una decisión en esta fase, te equivocarás, y lo sabes…

  5. Aceptación o rechazo. Tienes dos opciones; o recuerdas lo de que “lo mejor salir del hoyo es dejar de cavar” y aceptas tu situación, u optas por la de “mejor morir de pie que vivir de rodillas” y te piras sin más, o fuerzas que te piren. Si eliges la primera te conviertes en un zombie laboral cuyo único objetivo es pasar el tiempo que te queda hasta tu salida lo mejor posible. Si eliges la segunda puede que te suicides profesionalmente, pero te quedas tan a gusto que te merece la pena el haber tirado del poco valor que te quedaba para poner orden, sentido y justicia en tu vida. Cualquiera de los dos casos son válidos, pues una vez llegados aquí, el único camino es divergente…

La comunicación interna existe precisamente para que esto no llegue o por lo menos, para que no pase de la primera fase. Aunque tengo la suerte de conocer cada vez más empresas que así lo creen y lo ponen en práctica, por desgracia sigo viendo casos de muchas compañías que todavía no.

Hace meses publiqué un post en el que a través del conocido dicho “el remero es un incompetente” reflexionaba sobre lo que había detrás de una persona con claros síntomas de desidia, desapego o destemple laboral. Mi discurso iba sobre lo fácil que es culpar a esa persona de su intolerable actitud, y lo complicado que es analizar su entorno laboral, la cadena de mando, los procesos productivos o las expectativas no satisfechas.

Lo que está claro es que igual que la manifestación externa del duelo psicológico es el luto, en el caso laboral es la negatividad, la apatía y el conformismo. Tener zombies laborales no conviene ni a las compañías ni por supuesto, a las personas. Detectar el motivo y ponerle remedio para reconducir la situación o por lo menos evitar que siga pasando, es algo tan necesario como vital. Porque no basta con decir que las personas son el ADN de cualquier organización; como la mujer del Cesar además de serlo, hay que parecerlo…

Porque esto es misterhello y estamos para eso, para hablar de comunicación interna de una forma diferente.¿Hablamos?

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